Por
Agapito Cruz Franco
Se acaba de clausurar en la Casa de Cultura “Rómulo Betancourt” de La Orotava, una extraordinaria exposición sobre el monte canario. Organizada por el Area de Educación y Cultura del Ayuntamiento de la Villa y la Obra Social de La Caixa, ha puesto en escena un recorrido sobre el bosque, el árbol y el monte (Ver vídeo en http://www.villadelaorotava.org/ ) En el marco incomparable de la Plaza de San Juan del Farrobo, en pleno corazón del casco y de la ruta de los molinos, en torno a los que nació La Orotava, se han dado cita a la vez Darwin, Neruda, Stradivarius, Berthelot, Linneo, Humbolt y Machado.
Una expresiva simulación del suelo de la laurisilva, de la red trófica del bosque o árboles de cristal donde adultos y niños podían experimentar manualmente la evapotranspiración. Además, imágenes microscópicas de la estructura interna de las plantas, sin nada que envidiar al calado canario, la maravillosa dispersión por aire, tierra y agua de las semillas, el sonido del viento en las hojas junto al cántico del pinzón o el picapinos.
La información, didáctica y en múltiples formatos: Un roble adulto es capaz de emitir al día 600 litros de agua a una media de 25 a la hora. El árbol más grande del mundo es una secuoya, con 83,8 m de alto, 31 de perímetro y 2.200 años de antigüedad. 5.840 gramos llega a ingerir una lombriz de tierra en toda su vida, de los que 3.504 se transforman en humus. Fayal, sabina, brezo, laurel, barbusano, pino canario, viñátigo, palmera, acebuche. Y nuestro drago de la macaronesia, alma vegetal de ese eje acuático que une archipiélagos hermanos como Cabo Verde, Canarias, las Salvajes, Azores y Madeira.
Isidoro Sánchez, en su inauguración, después de dar un repaso de mar a cumbre y del ayer al hoy, habló de la dula o sindicato del agua, del Drago de Franchi y del Castaño de las siete pernadas de Aguamansa, mientras dejaba un añoso mensaje vegetal: “Espero que los niños inicien sus actividades escolares acercándose hasta esta exposición donde podrán contemplar los distintos procesos ecológicos, para comprender en definitiva la naturaleza: a las plantas y a los animales, el suelo y el clima, el papel protector y productivo de los montes, entendiendo a los árboles y los arbustos, a los matorrales, las hierbas y los animales, y la relación trófica que hay entre ellos y con los seres vivos”. Una pena que la Consejera de Educación del Gobierno de Canarias aguara este deseo con su desastrosa política educativa, y apenas acudieran centros escolares públicos por la negativa de estos –a causa del conflicto en educación-a llevar a cabo actividades fuera del estricto reglamento. Aunque, eso sí, la media de 40 personas diarias que la visitaron rubricó el éxito total de la iniciativa.
Quince días atrás se clausuraba también en Zaragoza la Expo del Agua, que durante el verano de 2008 ha tratado de concienciar sobre este bien esencial para la vida humana. Los mejores pabellones, los ocho o diez temáticos que hacían referencia al agua, la energía, su potencial y su problemática, así como algunos países que, en lugar de exponer sus excelencias turísticas, como suele ocurrir en estos eventos, se centraron en hablar de proyectos en relación con el líquido elemento. El trasvase de agua de mar desalinizada desde el mar al interior del desierto en Libia, es sólo un ejemplo entre muchos otros.
Una Expo con mensajes ecologistas por todos lados: “Extraer una tonelada de petróleo cuesta 10.000 litros de agua”, “un Kg de plástico, 185 litros”, “un pantalón vaquero, 10.850 litros”, “un coche de una tonelada, 400.000 litros”, “un par de zapatos de cuero, 8000 litros”, “un Kg de plátanos 859 litros”, “en 2025 dos de cada tres personas no tendrán suficiente agua”…
Entre los espectáculos, uno blanco con mensaje verde: un iceberg que en plena noche y en medio del Río Ebro se resquebrajaba para mostrar el interior del ser humano, su miseria y su destrucción, su espíritu predador con el medio y su alma de Ave Fénix en forma de niño. El continuo retorno.
Poco ecológico y una pena, la pasarela de políticos viajando y hospedándose en hoteles de cinco estrellas a cargo del erario público. El espacio presentado por Canarias, una pena también: algunos audios, un simulacro de arena sobre el suelo, una destiladera y una chica, que encima no era canaria, repartiendo propaganda. Cuando países con menos recursos presentaron maravillas, las Islas perdieron la oportunidad de mostrar al mundo su Garoé –aunque al menos un día tuvo lugar un espectáculo en relación al proyecto 100% renovable de El Hierro-, su lucha milenaria a través del agua, los molinos y el desarrollo urbano que sobrevino con ellos, las primeras centrales hidroeléctricas, su propia historia de galerías horizontales para calmar la sed y vivificar la agricultura, la desalinizadoras modernas, la lluvia horizontal, el mar de nubes…
Un reflejo, esta sequedad institucional, de la aventura canaria y la cultura actual de convertir las islas en un erial de plomo y CO2. ¿Será posible que anide también en ellas un Ave Fénix cargado de futuro?
Por de pronto, en la exposición de La Orotava con la que comenzaba este artículo, y en uno de sus rincones, Antonio Machado abría una puerta a la poesía:
“Buen árbol
quizás pronto te recuerde
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde”.
Agapito Cruz Franco
Se acaba de clausurar en la Casa de Cultura “Rómulo Betancourt” de La Orotava, una extraordinaria exposición sobre el monte canario. Organizada por el Area de Educación y Cultura del Ayuntamiento de la Villa y la Obra Social de La Caixa, ha puesto en escena un recorrido sobre el bosque, el árbol y el monte (Ver vídeo en http://www.villadelaorotava.org/ ) En el marco incomparable de la Plaza de San Juan del Farrobo, en pleno corazón del casco y de la ruta de los molinos, en torno a los que nació La Orotava, se han dado cita a la vez Darwin, Neruda, Stradivarius, Berthelot, Linneo, Humbolt y Machado.
Una expresiva simulación del suelo de la laurisilva, de la red trófica del bosque o árboles de cristal donde adultos y niños podían experimentar manualmente la evapotranspiración. Además, imágenes microscópicas de la estructura interna de las plantas, sin nada que envidiar al calado canario, la maravillosa dispersión por aire, tierra y agua de las semillas, el sonido del viento en las hojas junto al cántico del pinzón o el picapinos.
La información, didáctica y en múltiples formatos: Un roble adulto es capaz de emitir al día 600 litros de agua a una media de 25 a la hora. El árbol más grande del mundo es una secuoya, con 83,8 m de alto, 31 de perímetro y 2.200 años de antigüedad. 5.840 gramos llega a ingerir una lombriz de tierra en toda su vida, de los que 3.504 se transforman en humus. Fayal, sabina, brezo, laurel, barbusano, pino canario, viñátigo, palmera, acebuche. Y nuestro drago de la macaronesia, alma vegetal de ese eje acuático que une archipiélagos hermanos como Cabo Verde, Canarias, las Salvajes, Azores y Madeira.
Isidoro Sánchez, en su inauguración, después de dar un repaso de mar a cumbre y del ayer al hoy, habló de la dula o sindicato del agua, del Drago de Franchi y del Castaño de las siete pernadas de Aguamansa, mientras dejaba un añoso mensaje vegetal: “Espero que los niños inicien sus actividades escolares acercándose hasta esta exposición donde podrán contemplar los distintos procesos ecológicos, para comprender en definitiva la naturaleza: a las plantas y a los animales, el suelo y el clima, el papel protector y productivo de los montes, entendiendo a los árboles y los arbustos, a los matorrales, las hierbas y los animales, y la relación trófica que hay entre ellos y con los seres vivos”. Una pena que la Consejera de Educación del Gobierno de Canarias aguara este deseo con su desastrosa política educativa, y apenas acudieran centros escolares públicos por la negativa de estos –a causa del conflicto en educación-a llevar a cabo actividades fuera del estricto reglamento. Aunque, eso sí, la media de 40 personas diarias que la visitaron rubricó el éxito total de la iniciativa.
Quince días atrás se clausuraba también en Zaragoza la Expo del Agua, que durante el verano de 2008 ha tratado de concienciar sobre este bien esencial para la vida humana. Los mejores pabellones, los ocho o diez temáticos que hacían referencia al agua, la energía, su potencial y su problemática, así como algunos países que, en lugar de exponer sus excelencias turísticas, como suele ocurrir en estos eventos, se centraron en hablar de proyectos en relación con el líquido elemento. El trasvase de agua de mar desalinizada desde el mar al interior del desierto en Libia, es sólo un ejemplo entre muchos otros.
Una Expo con mensajes ecologistas por todos lados: “Extraer una tonelada de petróleo cuesta 10.000 litros de agua”, “un Kg de plástico, 185 litros”, “un pantalón vaquero, 10.850 litros”, “un coche de una tonelada, 400.000 litros”, “un par de zapatos de cuero, 8000 litros”, “un Kg de plátanos 859 litros”, “en 2025 dos de cada tres personas no tendrán suficiente agua”…
Entre los espectáculos, uno blanco con mensaje verde: un iceberg que en plena noche y en medio del Río Ebro se resquebrajaba para mostrar el interior del ser humano, su miseria y su destrucción, su espíritu predador con el medio y su alma de Ave Fénix en forma de niño. El continuo retorno.
Poco ecológico y una pena, la pasarela de políticos viajando y hospedándose en hoteles de cinco estrellas a cargo del erario público. El espacio presentado por Canarias, una pena también: algunos audios, un simulacro de arena sobre el suelo, una destiladera y una chica, que encima no era canaria, repartiendo propaganda. Cuando países con menos recursos presentaron maravillas, las Islas perdieron la oportunidad de mostrar al mundo su Garoé –aunque al menos un día tuvo lugar un espectáculo en relación al proyecto 100% renovable de El Hierro-, su lucha milenaria a través del agua, los molinos y el desarrollo urbano que sobrevino con ellos, las primeras centrales hidroeléctricas, su propia historia de galerías horizontales para calmar la sed y vivificar la agricultura, la desalinizadoras modernas, la lluvia horizontal, el mar de nubes…
Un reflejo, esta sequedad institucional, de la aventura canaria y la cultura actual de convertir las islas en un erial de plomo y CO2. ¿Será posible que anide también en ellas un Ave Fénix cargado de futuro?
Por de pronto, en la exposición de La Orotava con la que comenzaba este artículo, y en uno de sus rincones, Antonio Machado abría una puerta a la poesía:
“Buen árbol
quizás pronto te recuerde
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde”.
Junto a él, un stradivarius, hecho con esa madera especial forjada en la pequeña Edad del hielo de la Europa del siglo XVII, le miraba como queriendo transformar para siempre en música, el espíritu del monte y los latidos del agua.
Agapito Cruz Franco
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