14 de febrero de 2014

LAS PRIMERAS VIVIENDAS SOCIALES DE LA OROTAVA

Por
 JOSÉ LUÍS GARCÍA OSSORIO
MARÍA GORETTI HERNÁNDEZ ESCOBAR


La Villa de La Orotava se precia de ser uno de los municipios de Canarias con mayor número de bienes declarados de Interés Cultural, destacando su Conjunto Histórico[i]. Pasear por las empinadas calles que lo conforman es todo un espectáculo de luz, color, arquitectura, cultura e historia, que se descubre tras cada esquina y sobre cada uno de los adoquines que nos guían.
Pero sin alejarnos mucho de él, La Orotava cuenta con otras edificaciones que también nos hablan del desarrollo de este municipio norteño, no tan majestuosas como aquellas otras que fueron morada de las élites dominantes de la Villa, pero que también suponen un eslabón más en la articulación histórica y social del municipio, como bien puede ser el caso de las primeras viviendas sociales que se construyeron posiblemente en el norte de Tenerife.
                Éstas se encuentran ubicadas en el Paseo Domínguez Afonso, que hasta bien entrado el siglo XX, antes de la construcción de la actual autovía TF-5, constituía por el lado Este de esta Villa la vía de penetración más importante al núcleo poblacional, originariamente Camino Real y conocido posteriormente como camino del Pinito o Camino de las Dehesas por transcurrir por la dehesa comunal, dividiéndola en Dehesa Alta y Baja, un entorno (las Dehesas, los Poyos, Quiquirá), que desde el Llano de San Sebastián, fue destinado principalmente al pastoreo de ganado, y arrinconada paulatinamente su función en la medida en la que los grupos dominantes expandían sus terrenos. Su recorrido, desde el Paseo de las Araucarias hastas la Plaza de la Paz, ha sido testigo no solo del devenir de la propia historia orotavense y del Valle de La Orotava, sino también la de los municipios de la "Isla Baja", por ser vía de comunicación necesaria e imprescindible con el área metropolitana de la isla. Aún en la actualidad sigue siendo un paso de entrada importante al caso histórico de la Villa, que da la bienvenida, -junto a los Santos Patronos San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza desde la ermita de El Calvario-, a aquellos viajeros que, desde el mirador donde el propio Alexander Von Humbolt enalteciese las bellezas del Valle de La Orotava, se adentran a admirar el Conjunto Histórico de la Villa que le da nombre.